Nota 3 | En este capítulo vamos a demostrar que el objetivo de acumular a los 73 años un capital real (ajustado por inflación) de 540.000 dólares para el retiro es perfectamente alcanzable, incluso sin ingresos extraordinarios.
Escribe: Ricardo Faerman.
En el capítulo anterior, establecimos que para financiar una longevidad digna, una persona que se retire a los 73 años necesitará acumular un capital real (ajustado por inflación) de al menos 540.000 dólares. En este capítulo vamos a demostrar que ese objetivo es perfectamente alcanzable, incluso sin ingresos extraordinarios, siempre que se cumpla una condición fundamental: tiempo y constancia.
A lo largo del último siglo, el índice S&P 500 —que reúne a las 500 empresas más representativas de la economía estadounidense— ha demostrado ser una de las herramientas de inversión más sólidas, diversificadas y rentables para quienes invierten a largo plazo. Desde 1928 hasta 2022, su rentabilidad nominal promedio ha sido del orden del 9,8% anual. Si ajustamos por la inflación promedio del mismo período (alrededor del 3%), obtenemos una rentabilidad real cercana al 6,5% anual, cifra que se mantiene estable incluso al analizar períodos móviles de 20, 30 y hasta 50 años.
Lo más importante es que el S&P 500 no requiere habilidades especiales de inversión. Es un índice pasivo, replicado por fondos y ETFs (fondos cotizados) que permiten al inversor minorista beneficiarse del rendimiento del mercado accionario estadounidense con bajo costo, transparencia y liquidez diaria.
Partiendo de esta rentabilidad real del 6,5%, realizamos una simulación sencilla:
– Una persona comienza a ahorrar a los 45 años, cuando ya resolvió sus necesidades básicas de vivienda y educación de hijos.
– Aporta 649,82 dólares por mes durante 22 años, hasta los 67 años.
– Luego, deja de aportar, pero su capital continúa invertido, creciendo durante 6 años más, hasta los 73 años, momento en que se retira.
Al final de este proceso, y ajustando siempre por inflación, el capital acumulado asciende a 540.000 dólares reales, es decir, el monto necesario para generar una renta vitalicia que cubra el 80% del ingreso laboral promedio en los años de retiro.
Con un capital de 540.000 dólares reales a los 73 años, se puede contratar una renta vitalicia indexada por inflación que pague aproximadamente 37.454 dólares anuales durante toda la vida restante. Esta cifra representa el 80% del ingreso anual estimado en la etapa activa (52.000 dólares), considerando que se reducen ciertos gastos al dejar de trabajar. Si a eso se le suman los 20.000 dólares anuales que provendrían de la Seguridad Social, el ingreso total disponible sería de 57.454 dólares anuales en términos reales, lo que garantiza estabilidad económica durante al menos 21.5 años de retiro (hasta una expectativa promedio de vida de 94.5 años).
No basta con ahorrar: hay que invertir adecuadamente. Para capturar el rendimiento del S&P 500 sin asumir riesgos innecesarios, conviene buscar productos de inversión que lo repliquen directamente, y que permitan acceder a esta rentabilidad con costos bajos y sin necesidad de gestionar activamente la inversión. Son especialmente recomendables aquellos seguros de vida con componente de ahorro o planes de retiro privados con estrategias claramente atadas al S&P 500, con ventajas de planificación sucesoria que vale la pena explorar.
Lo importante es asegurarse de que el producto esté claramente vinculado al índice, que las comisiones sean razonables, y que permita la capitalización automática de los rendimientos durante toda la etapa de acumulación.
Este análisis asume que el capital acumulado será destinado únicamente al financiamiento de la vida del titular, sin considerar —por ahora— la cesión de una pensión o jubilación a sobrevivientes (como cónyuges o hijos dependientes). Ese aspecto tiene implicancias legales, actuariales y financieras, que abordaremos en el próximo capítulo, titulado: Proceso de Optimización de Pensiones.