Por: Carlos Lluch, de Lluch & Juelich Brokers
| Corredor de Seguros
Si alguien merece un Oscar a los mejores efectos especiales en el sector financiero es la banca española. La creatividad con que confunde nuestros sentidos, con que nos hace creer que estamos ante algo real -cuando es pura ficción- y nos lleva al huerto de un modo inconsciente es para flipar colorines. Ni Spielberg ha hecho tan creíbles sus dinosaurios, ni Lucas sus Estrellas de la Muerte, como los cuentos chinos que nos endosa la banca, a diario y de forma masiva, saltándose -por el camino- cuanta Ley o norma de conducta o simple decencia mercantil pueda imaginarse.
Llevo muchos años dando soporte a familias y empresas que han sido víctimas de abusos en materia de seguros. Aproximadamente el 70% de las más de 14.000 asistencias que he prestado tienen por actor principal, por creador de esa fantástica muestra de efectos especiales a la banca. Lo más sorprendente es que unas sociedades de capital reguladas, con Consejos de Administración a cuyos miembros se exige moralidad mercantil, el respeto a la Ley y la prevención de todo conflicto de interés hagan tantas y tan creativas perrerías a sus clientes. Eso sí, beneficios y bonus, ¡a todo trapo!
En estos años he visto casi de todo. No dejan de sorprenderme. He visto a ancianos que se quejaban de la baja rentabilidad del depósito a quienes les endosaban una renta vitalicia, sin decirles que lo que recibirán no son intereses sino su propio dinero a cuentagotas, tras una mordida en comisiones de espanto. Un anciano, de Zaragoza, a los tres meses, de 2,5 millones tan solo le devolvían 1,7 millones.
He visto a familias cuyo padre había fallecido, con un seguro de vida que cubría la hipoteca, perder la casa, subastada por impago. Tras la subasta presentarse el seguro del banco a liquidar el importe pendiente de amortizar antes del fallecimiento, dejando a la viuda y a los huerfanitos con un crédito pendiente por los intereses remuneratorios, los moratorios y gastos notariales y judiciales. Y sin casa.
He visto infinidad de veces seguros de vida a prima única sin dejar contratar uno independiente y pagado a conveniencia. El pelotazo de 12.000 a 60.000 euros no solo va a dejarle al banco comisiones como agente que llegan al 60%, sino que va a generar intereses durante toda la vida del préstamo. Con el truco de un mejor diferencial le sacuden al cliente un sobrecoste que ni siquiera calcula. Los bancos han conseguido otro truco formidable: no alquilan dinero a cambio de un interés, sino que “conceden”, cual hadas madrinas o neodioses cyberpunk. ¿Qué la Ley 5/2019 o el RDL 3/2020 prohíben enchufar a presión esas primas únicas? ¡Qué más da!
La financiera de un conocido banco español financia los vehículos comerciales que compran los autónomos a una marca alemana. Me han llegado una quincena de casos igualitos. Al financiar esos vehículos, la financiera, a través del concesionario, exige la contratación de su seguro de vida a prima única financiada y han conseguido montar un Todo a 100 del seguro: da igual la duración, la edad del comprador o el importe financiado pues el seguro siempre cuesta 1.950 euros; más intereses, claro está. ¿Cuánto podría costar un seguro alternativo? No llega a 450 euros. Eso sí, en la compra de la furgo el concesionario aplica un descuento si y solo si se financia. Y no se financia si no hay seguro. En Sicilia no lo habrían diseñado mejor.
Digamos, no obstante, que los departamentos legales -es un decir- de esta banca, no paran de crear cosas chulas con que sorprendernos. La última novedad es la de un banco que en una caja, por analogía, te coloca tres años de seguro de hogar de una tacada. Los cobra a tocateja por adelantado con lo cual uno no puede salir de ese contrato si luego se da cuenta de que no es adecuado o no funciona como esperaba. Pero, claro está, ¿quién hoy día paga tres años de seguro de hogar por adelantado si muchas economías domésticas están tiritando? ¡Para eso están los efectos especiales! Te lo facturan por meses. Te preguntarás: ¿para qué iba alguien en su sano juicio a contratar algo que exige el pago por adelantado de tres años para luego financiarlo por meses? El asegurador -filial del banco, por cierto- ha cobrado todo de una vez y el banco nos pasa los recibos mensuales porque hemos hecho un crédito a tres años montado sobre una tarjeta de crédito virtual. ¿Flipas? Pues aún hay más. Si quieres anular el seguro antes de tres años, ¡no puedes! Y si quieres anular el pago, ¡no puedes! ¡Tienes un crédito y pasarás a ser moroso, a tener anotaciones en RAI…! Y tampoco puedes cancelar la cuenta e irte a otro banco porque tienes un crédito que exige cuenta abierta. Si se te ocurre amenazar con llevarte la nómina o pensión, te cosen a comisiones. Lo más triste es que a todos los casos que he asistido han sido a gente mayor. Consumidores especialmente vulnerables, dice la Ley.
Otro día te contaré cómo Engracia, de 78 años fue a financiar 15.000 euros para comprar un coche para su hijo en paro. Y le hicieron, sin preguntar, un seguro de enterramiento de 5.300 euros, también financiado. Un seguro que cubre su funeral hasta 3.200 euros. ¿Un timo? ¡No me tires de la lengua!