Qué riesgos climáticos cubren los seguros? Los científicos del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático(IPCC) han vuelto a constatar que la evidencia científica
Los científicos del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas para el Cambio Climático (IPCC) han vuelto a constatar que la evidencia científica no tiene dudas y que el cambio climático ya está aquí. En la revisión de su sexto informe publicado la semana pasada advertía que casi la mitad de la población mundial, entre 3.000 y 3.600 millones de personas, vive en áreas altamente vulnerables al cambio climático y que el alcance y la magnitud de los impactos del cambio climático son mayores de lo estimado en los informes anteriores del IPCC.
Ante esta situación, la concentración de los riesgos y el aumento de las indemnizaciones es un desafío para la industria aseguradora. Entre las soluciones que contemplan figuran los seguros paramétricos, que están diseñados para mitigar las circunstancias externas que escapan al control de una organización y que tienen un impacto significativo en los ingresos o los costes, como, por ejemplo, demasiadas precipitaciones o vientos excesivos o insuficientes, calor o escarcha prolongados, o eventos sísmicos extremos. AXA, por ejemplo, emitió su primera póliza paramétrica en 2006 y se hizo con el Programa Mundial de Alimentos para cubrir las sequías en Etiopía. Entre la plantilla de AXA se encuentran doctorados en ciencias atmosféricas, climatología, economía agrícola y geología o hidrogeología.
Hay nuevos escenarios con unos fenómenos meteorológicos adversos cada vez más frecuentes. Y las pólizas de seguros se están adaptando.
¿Qué coberturas hay?
Las pólizas de seguros multirriesgo sí contemplan daños por agua, viento o eléctricos, así como también inundaciones a consecuencia de desborde de lagos, canales, acequias y otros cursos sin salida natural construidos por el hombre (colectores, alcantarillado) que en caso de suceder o son cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros o por las compañías, en función de la fuerza del viento o la cantidad de agua.
Además, hay pólizas con coberturas específicas como los daños al arbolado. Sin embargo, en los seguros de Salud no hay coberturas específicas a eventos relacionados con el cambio climático.
Con una cobertura para daños ordinarios, en el caso de Mapfre cubren los daños por lluvia con intensidad a partir de 40 l/m2 y hora, daños por viento con rachas a partir de 80 km/h y daños por granizo y nieve, cualquiera que sea su intensidad.
Los daños producidos por lluvias, vientos de hasta 120 km/h, granizo, nieve o rayos son cubiertos por las compañías de seguro en función de la póliza.
La cobertura de riesgos extraordinarios, como por ejemplo por inundaciones por desbordamiento de ríos, lagos o embates del mar, tornados, daños por congelación, por erupción volcánica, terremotos o maremotos, la asume el Consorcio de Compensación de Seguros, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos, y está regulada por normativa específica.
En el caso de explotaciones agrícolas y ganaderas, existe un pool de 18 aseguradoras agrupadas en Agroseguro para agricultores, ganaderos, acuicultores y propietarios forestales, con pólizas que tienden a proteger sus explotaciones. Las principales coberturas son incendios, inundaciones, lluvias torrenciales, sequías, heladas. Si bien las garantías pueden variar según el tipo de explotación que se realice a fin de adaptarse a la propia naturaleza del riesgo.
Las pólizas cuentan con nuevos servicios, como ayuda y prevención de los asegurados. Luis Orts, director de Hogar de DKV, explica a El Confidencial que han “incorporado a la cartera el servicio de alarmas ante eventos climatológicos de tipo severo o extremo, a fin de prevenir daños en las viviendas y también pensando en la salud de las personas ante eventos de frío extremo o calor severo, que pueden afectar a la salud de las personas”.
¿Cuánto cuestan las indemnizaciones?
El total de las indemnizaciones globales de riesgos catastróficos asegurados se estima entre unos 100 a 120 billones de dólares el año pasado. “Existe claramente una tendencia al alza de las perdidas aseguradas o no relacionadas con riesgos catastróficos desde los años 90”, indican fuentes de AXA.
El coste sectorial de los daños climatológicos en siniestros de hogar se estima en base a unos 400 millones de euros, lo que supone un 13% aproximado de la totalidad de expedientes, explica Orts. En España, los eventos meteorológicos extremos supusieron entre 2011 y 2019 en torno a 900 a 1.000 millones de euros de media, añade.
El coste de los daños asegurados por fenómenos meteorológicos en el seguro de riesgos extraordinarios del Consorcio en España supone el 86% del total en la media de los últimos 30 años, otros son el terrorismo o riesgos geológicos. En la década entre 2011 y 2020, las indemnizaciones en bienes por inundación y vientos fuertes han ascendido a unos 2.633 millones de euros, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos.
Las inundaciones, las que más siniestros causan
En España, tanto por número de siniestros como por coste, la inundación, con un 69 % del total de los daños, en la media de los últimos 30 años, es el riesgo meteorológico más importante de España y también de los que hace frente el Consorcio de Compensación de Seguros, explican fuentes ministeriales.
En episodios concretos, no obstante, las tempestades de viento suelen producir más número de siniestros y, de hecho, el evento singular que más siniestros ha producido en la historia del Consorcio es la tempestad de viento ‘Klaus’, de 2009, que produjo más de 250.000 reclamaciones y más de 500 millones de euros en daños.
Otros episodios recientes que han sido gestionados e indemnizados por el Consorcio han sido la DANA de septiembre de 2019, que afectó principal al sureste de España, y en la que hubo 70.000 reclamaciones con un coste de 450 millones de euros o, en el ámbito ya de los riesgos geológicos, el terremoto de Lorca de 2011, con 30.000 reclamaciones y 500 millones de euros.
La erupción volcánica de la isla de La Palma, en fase de gestión, ya supera pagos de más de 150 millones de euros por el momento, explican fuentes ministeriales.
Otro ejemplo destacado es Filomena, la gran nevada registrada en enero de 2021. Fue un acontecimiento histórico y, en el caso de Mapfre, supuso un total de 55.000 incidencias de sus asegurados, que han generado cerca de 87.000 intervenciones. Esto significó casi 84 millones de euros en indemnizaciones a sus clientes. Los pagos afrontados por Filomena han superado los de todos los eventos anteriores derivados de riesgos de la naturaleza a los que Mapfre se ha enfrentado en España en toda su historia.
Para el director de Hogar de DKV si hablamos de fenómenos que causan daño, hemos de incorporar, aunque no generen siniestros por daño directo, a las sequías y el calentamiento global que se produce por los gases de efecto invernadero. “El daño por el cambio climático es terrible y está comportando unas pérdidas económicas muy considerables como son la disminución de los terrenos cultivables a consecuencia del efecto de desertización”, afirma Orts.
Las compañías de seguros son conscientes de los nuevos escenarios climáticos con aumentos de frecuencia y de intensidad de determinados fenómenos extremos (huracanes, incendios forestales, olas de calor, sequía) en algunas partes del mundo. También es posible ver aparecer fenómenos en zonas previamente exentas de dichos fenómenos adversos en el pasado. Además de los fenómenos, desde AXA apuntan que habrá que tener en cuenta las consecuencias indirectas como movimientos de población, abastecimiento en alimentación y en agua, o enfermedades tropicales en zonas templadas.
Nicolas Jeanmart, jefe de seguros personales y generales de Insurance Europe, señaló con motivo de la presentación del informe del IPCC que “la cobertura del seguro es un aspecto crucial en la construcción de resiliencia a raíz de eventos climáticos extremos”. Además, para Jeanmart las aseguradoras también miden y valoran el riesgo climático para informar sobre la gestión de riesgos de empresas e individuos, y pueden proporcionar asesoramiento sobre cómo desarrollar soluciones innovadoras de adaptación.
Fuente: El Confidencial – Por María García de la Fuente